Dirigiendo un estudio bíblico transformador

Oración Lectio Divina (Opcional)
  1. Lee Salmo 1,1-6.
  2. Medita las palabras.
  3. Háblale a Cristo sobre este pasaje.
  4. Descansa y escucha en la presencia de Dios.
  5. Comparte con otros.
La Palabra de Dios es poderosa.

Cuando Antonio tenía unos dieciocho años, perdió a sus padres y heredó una cantidad considerable de riqueza. Estaba caminando por una iglesia un día y decidió entrar a orar. Al entrar, escuchó que se leía el Evangelio de la Misa: “Si quieres ser perfecto, vende todo lo que posees y reparte todo entre los pobres, para que tengas un tesoro en el Cielo. Después ven, sígueme.” (Mateo 19,21). Las palabras de la Escritura le llego al corazón: Antonio inmediatamente decidió vender todo lo que había heredado, dárselo a los pobres y llevar una vida totalmente dedicada a Dios. Este hombre que dijo sí a la inspiración del Espíritu Santo a través de la Palabra de Dios en las Escrituras se convirtió en el fundador del Monacato del Desierto, y ahora se le conoce como San Antonio del Desierto.

La Palabra inspirada de Dios en las Escrituras tiene el poder de cambiar vidas. Aunque no todas las personas tendrán un encuentro con la Biblia tan dramático como lo tuvo San Antonio ese día, todo cristiano debe ser desafiado, alentado y guiado por las palabras de las Sagradas Escrituras en su vida diaria. En estos libros sagrados, encontramos no sólo las palabras de los hombres de hace mucho tiempo, sino las palabras de Dios, hablándonos hoy a través de esas palabras humanas.

En efecto, la palabra de Dios es viva y eficaz, más penetrante que espada de doble filo.

Hebreos 4,12

Esta es una de las razones por las que los estudios bíblicos en grupos pequeños pueden tener un impacto significativo en la vida de las personas. Nos reunimos para leer no un libro cualquiera, sino la Palabra inspirada de Dios que nos habla hoy en día. Como lo atestigua la Escritura misma, “En efecto, la palabra de Dios es viva y eficaz, más penetrante que espada de doble filo, y penetra hasta donde se dividen el alma y el espíritu, los huesos y los tuétanos, haciendo un discernimiento de los deseos y los pensamientos más íntimos.” (Hebreos 4,12). Como lo hicieron con San Antonio, las Sagradas Escrituras tienen una capacidad increíble para abrir corazones e impactar a quienes las leen, incluso en la actualidad.

Pero eso no es todo. Los participantes en un estudio bíblico no sólo encuentran a Dios en su Palabra, sino que también encuentran a Dios en su comunión unos con los otros al considerar cómo se puede aplicar la Palabra de Dios en sus vidas. Escuchar cómo otros están aplicando las Sagradas Escrituras a sus vidas puede ser muy alentador, recordándonos que no estamos solos en nuestro caminar en la fe; hay otros que también se esfuerzan por vivir la vida cristiana. Escuchar sobre sus dificultades, pruebas, alegrías y triunfos al aplicar la Palabra de Dios a sus vidas puede inspirarnos a profundizar en nuestra fe.

Reflexiona: ¿Has experimentado el poder de las Escrituras en tu propia vida? ¿Por qué es significativo que las Sagradas Escrituras aún tengan el poder de transformarnos hoy, miles de años después de haber sido escritas?

METAS PARA EL ESTUDIO DE BIBLIA

Se pueden lograr muchas cosas dentro de un estudio bíblico. Por eso, cuando empieces a dirigir uno, necesitas saber cuáles son tus objetivos. ¿Qué es exactamente lo que estás tratando de lograr? Te invitamos a enfocarte en estos tres objetivos: intimidad divina, amistad auténtica y claridad y convicción por el Caminito de la Evangelización.

Intimidad Divina: El propósito de un estudio bíblico no es simplemente aprender información o ser parte de un club, sino facilitar un encuentro más profundo con Dios que cambie la vida de las personas.

Amistad Auténtica: Sus participantes pueden aprender acerca de la Palabra de Dios por sí mismos. El poder de un grupo pequeño es la experiencia de aprender unos de otros. Las amistades formadas dentro de un estudio bíblico son cruciales para la transformación y la rendición de cuentas, y las ideas compartidas entre los participantes pueden descubrir una comprensión aún más profunda.

El Caminito de la Evangelización: Los estudios bíblicos también brindan un entorno para guiar a otros a convertirse ellos mismos en discípulos misioneros. Tan bueno como es formar amistades y acercarse a Dios, no dejes que tu estudio se detenga ahí; Estate atento a otros a quienes Dios pueda estar llamando a formar como discípulos misioneros que continuarán evangelizando y liderando otros grupos pequeños propios. Ten en cuenta que no tienes que ser un erudito de las Escrituras o tener una personalidad extrovertida para ser un líder de estudio bíblico. Cualquier persona que esté siguiendo a Jesús en la intimidad divina, que esté dispuesto a formar amistades auténticas y que esté comprometido con el método de Cristo de atraer, formar y enviar, puede dirigir un estudio bíblico.

La ignorancia de las Escrituras, es la ignorancia de Cristo.

San Jerónimo
Reflexiona: ¿Cuál ha sido tu experiencia en grupos pequeños o estudios bíblicos? ¿Tu grupo vivió bien alguno de estos hábitos? ¿De qué maneras? Mientras te preparas para dirigir un estudio, ¿cómo puedes tener en cuenta estas tres metas?

TRES ASPECTOS PARA DIRIGIR UN GRAN ESTUDIO

Ahora que sabes por qué debes dirigir un estudio y cuáles son sus objetivos principales, pasemos a los otros tres aspectos para dirigir un gran estudio bíblico: preparación, habilidades y acompañamiento personal.

PREPARACIÓN

No podrás dirigir una buena discusión si no te has tomado el tiempo para prepararte adecuadamente para tu estudio. Aquí hay algunos consejos para prepararse bien:

Elije el estudio correcto: elije un estudio que satisfaga las necesidades de tu grupo. Los recursos de FOCUS se pueden encontrar en focusequip.org. Para aquellos que no estén familiarizados con la Biblia y que no han estado en un estudio bíblico antes, les recomendamos empezar con “La Cruz” y “La historia de la salvación”.

Ora y comparte desde tu propio encuentro con la Palabra de Dios: sólo leer los materiales y la Guía del líder con anticipación no es suficiente. Medita en oración cómo los pasajes bíblicos te desafían o te alientan personalmente. Tu estudio bíblico será más auténtico cuanto más compartas de tu propio encuentro con la palabra de Dios. Recuerda, esta es la obra de Dios; dirigir un estudio bíblico es una invitación a confiar en el Espíritu Santo, no nada más en tu propia capacidad.

Prepara preguntas para el encuentro: lee las preguntas de discusión y selecciona preguntas que sean significativas para tu grupo. Ajusta o reformula las preguntas, si es necesario. Pregúntate: “¿Qué preguntas tendrán el mayor impacto en mi grupo?”

Selecciona algunas verdades principales para enfatizar: A medida en que leas el estudio que estás a punto de dirigir, determina de una a tres verdades claves que deseas compartir con tu grupo. Mantén tu enfoque en esos puntos. Pase lo que pase en el estudio, asegúrate de concentrarte en estas verdades claves y no perderte en demasiados detalles, conversaciones paralelas o tangentes. Siempre lleva las cosas de vuelta a las grandes ideas que quieres que todos se lleven.

Porque en los sagrados libros el Pa- dre que está en los cielos se dirige con amor a sus hijos y habla con ellos.

Dei Verbum
Reflexiona: ¿Cómo se vería el prepararte bien cada semana para el estudio de Biblia? ¿Estás dispuesto a hacer los sacrificios necesarios, particularmente con tu tiempo, para prepararte bien?

HABILIDADES

También se necesitan varias habilidades para dirigir estudios bíblicos transformadores. Veamos algunas habilidades clave que te permitirán dirigir tu estudio bien.

Hospitalidad: Asegurarse de que todos se sientan cómodos y bienvenidos hará una gran diferencia en tu estudio bíblico, especialmente al principio, antes de que todos se conozcan. Aquí hay algunos consejos para una gran hospitalidad:

  • Encuentra un lugar accesible e informal que se pueda usar o reservar cada semana. Pregúntate “¿Cuál es la ubicación más fácil de llegar para mi grupo? ¿Dónde se sentirán más cómodos?”.
  • Proporciona alimentos y refrigerios, especialmente durante las primeras semanas. ¡A la gente le encanta la comida! También les da a los participantes algo natural que hacer cuando comienzan a llegar y conversar entre ellos. A medida que crezca tu grupo, considera involucrar más a otros rotando esta responsabilidad. Cuanto más se comprometan los demás, mejor.
  • Considera usar tu primer estudio para conocerse, comenzar a formar amistades y compartir un poco de lo que verán en el estudio. ¡Haz que ese estudio sea divertido y alegre, ya que esto alentará a tus participantes a regresar!
  • Forma relaciones en tu estudio. Haz buenas preguntas que permitan a tus miembros compartir sus vidas. Utiliza lo que sabes de ellos para conectarlos entre sí y descubrir intereses comunes.
  • Finalmente, busca un horario que funcione para todos y no lo cambies. Algunos miembros del estudio bíblico dejaran de venir si no eres constante. Comienza y termina a tiempo. Incluso si tiene que empezar tarde, respeta el tiempo de tu grupo terminando a tiempo.

Facilitar un encuentro, no enseñar: Como líder de un estudio bíblico, no eres un maestro dando clase o alguien que le toca explicar todo sobre el estudio cada semana. No deberías estar hablando todo el tiempo. Recuerda, el objetivo es permitir que tus participantes encuentren la Palabra de Dios en las Escrituras y entre ellos. ¿Qué puedes hacer para facilitar la conversación? Aquí hay algunos consejos:

  • Haz buenas preguntas para alargar la conversación. ¿Cómo puedes usar preguntas que lleven al grupo a reflexionar sobre sus propias experiencias y sobre lo que les revelan las Sagradas Escrituras?
  • Permite que otros miembros del grupo respondan preguntas. El hecho de que alguien haga una pregunta no significa que debas ser tú quien la responda. Presenta la pregunta a todo el grupo y permite que varias personas contribuyan a una respuesta. Después, puedes aclarar, si es necesario.

Generar una conversación atractiva – Tres Roles: dentro de tu estudio, tienes tres roles clave para desarrollar una gran discusión: guía, policía de tránsito y porrista:

  • Guía: si alguna vez has ido de excursión, sabes lo útil que puede ser tener un guía que haya estado en el sendero antes. Saben qué camino tomar, cuándo detenerse y dónde están todas las buenas vistas. Con tu estudio, debes ser un guía de ruta: alguien que haya leído el material antes y que sepa a dónde ir para llevarlos a una buena discusión.
  • Policía de Tránsito: ¿Alguna vez has visto a un policía de tránsito en acción? Su habilidad es casi una obra de arte, ya que dirigen suavemente a personas y automóviles con sólo el poder de sus manos y un silbato. Numerosos obstáculos y atascos de tráfico pueden impedir que tu estudio fluya correctamente. Al igual que un policía de tránsito, es posible que debas detener ciertas discusiones o tangentes. Al mismo tiempo, es posible que tengas que alentar a los miembros tímidos del grupo a hablar y compartir. Se consciente de la conversación para asegurarte de que todos participen y dirige la discusión hacia temas que fortalecerán tu grupo.
  • Porrista: Incluso cuando no le está yendo muy bien a tu equipo, un gran animador observa los partidos, anima en voz alta y se pone la playera de su equipo. Como líder de un estudio bíblico, debes animar su estudio. Sonríe, fomenta la participación y crea un entorno en el que las personas sepan que las apoyas y que estás interesado en lo que tienen que decir. Da alguna afirmación positiva cuando alguien contribuya, incluso si sus comentarios no son perfectamente acertados. Cuando las personas saben que se les quiere y aprecia, es más probable que participen en la discusión.
Puedes saber que estás facilitando bien el estudio cuando tu estudio parece un buen partido de voleibol: la conversación debe ir y venir “sobre la red”, involucrando a una variedad de participantes. Como líder, sirves la pelota haciendo una buena pregunta. Luego, alguien responde, colocando la pelota para que otra persona en el grupo la comente, quien luego se la pasa a otro. Cuando termina la jugada, haces otra pregunta.

Si tienes dificultades para facilitar un estudio bíblico dinámico, no tengas miedo de aprender de otra persona. Ve al estudio de otro líder y observa qué hace que su estudio sea exitoso.

Reflexiona: ¿Qué habilidades necesitas para crecer como líder de un estudio bíblico? ¿Cómo puedes crecer en estas habilidades? ¿Dónde podrías necesitar ayuda de otra persona?

ACOMPAÑAR PERSONALMENTE A TUS PARTICIPANTES

Para una transformación y conversión completa del corazón, el acompañamiento relacional dentro y fuera del estudio de la Biblia es esencial. Estás formando personas, no simplemente dirigiendo una junta. Aquí hay algunos consejos para acompañar mejor a los miembros de tu estudio bíblico:

  • Pasa tiempo con ellos fuera del estudio. Jesús no pasaba tiempo con sus discípulos sólo una vez por semana en una clase o durante momentos de enseñanza formal; compartió la vida con ellos a través de su interés por ellos y a través de los momentos cotidianos de la vida.
  • Haz invitaciones a otros eventos y actividades. ¿De qué otra manera puedes pasar tiempo con tus participantes? ¿Qué otras actividades les ayudarán a crecer?
  • Sé testigo de una vida bien vivida. Pregúntate: “¿Estoy reforzando las verdades que estoy enseñando en el estudio de la Biblia con la forma en la que vivo?” Como líderes, nuestras vidas deben reflejar lo que estamos enseñando. Si no damos testimonio de las verdades que estamos enseñando, es probable que los miembros de nuestro estudio bíblico no acepten lo que se enseña. Necesitamos vivir las verdades que estamos enseñando.

Reflexiona: ¿Cómo puede acompañar a profundidad a los miembros (o futuros miembros) de tu estudio bíblico?

Por eso anímense mutuamente y edifíquense juntos, como ya lo están haciendo.

1 Tesalonicenses 5,11

PONLO EN PRÁCTICA

Ahora es el momento de comenzar tu estudio bíblico. Estos son algunos consejos para empezar:

  • Primero, ora para que el Señor te guíe a las personas que quiere que invites a tu estudio.
  • Haz una lluvia de ideas sobre las personas que podrías invitar a tu estudio bíblico, no te limites. ¿A quién quiere Dios que invites?
  • Ora para que Dios abra los corazones de estas personas para que asistan al estudio.
  • Tómate el tiempo para invitar a cada persona personalmente. Cuando Jesús invitó a sus discípulos a seguirlo, no colocó un pergamino en la plaza del pueblo ni dejó mensajes en sus casas. En cambio, se acercó a cada uno individualmente y los invitó personalmente.
  • Haz un seguimiento con todos y asegúrate de que todos tengan los detalles para el primer estudio.
  • Tómate el tiempo para preparar en oración tu material del estudio o dinámicas que usaras para que se conozcan. Intercede por los miembros de tu grupo.
  • Envía recordatorios el día de tu estudio o el día antes. Hay veces que a la gente se le olvida las cosas. No dejes que eso se interponga en el camino de un gran estudio.
  • Especialmente para el primer estudio, tómate un tiempo adicional para permitir que el grupo se conozca. Formar estos lazos es muy importante para mantener a las personas interesadas.
  • Por último, se persistente. Un gran estudio puede requerir varias invitaciones o una inversión adicional de tiempo y energía. Haz el trabajo extra para que tu estudio sea excelente. Sigue orando, sigue haciendo invitaciones y sigue trabajando en tus habilidades que necesitas para dirigir tu estudio de la Biblia.
Reflexiona: ¿Tienes algún temor acerca de dirigir un estudio bíblico? ¿Qué te ayudaría a superar esos miedos? ¿Qué pasos necesitas tomar para desarrollar un gran estudio bíblico?

CONCEPTOS CLAVES

Inspiración de las Escrituras: La Biblia es inspirada por Dios. Cuando leemos las Sagradas Escrituras, encontramos la Palabra de Dios hablándonos, su Palabra divina comunicándose a través de las palabras humanas de los escritores sagrados.

La Palabra de Dios es poderosa: “En efecto, la palabra de Dios es viva y eficaz, más penetrante que espada de doble filo, y penetra hasta donde se dividen el alma y el espíritu, los huesos y los tuétanos, haciendo un discernimiento de los deseos u los pensamientos más íntimos.” (Hebreos 4,12).

Los tres objetivos de un estudio bíblico: Intimidad Divina, Amistad Auténtica y el Caminito de la Evangelización

Los tres roles que se deben desempeñar al liderar: guía, policía de tránsito y porrista

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