Sacramentos: la eucaristía

Oración Lectio Divina (Opcional)
  1. Lee Lucas 22,14-23.
  2. Medita las palabras.
  3. Háblale a Cristo sobre este pasaje.
  4. Descansa y escucha en la presencia de Dios.
  5. Comparte con otros.
Las autoridades chinas irrumpieron en la iglesia. El comandante ordenó a los soldados que derribaran el tabernáculo del santuario.(1)

Abrieron el tabernáculo y tiraron las hostias consagradas por el suelo. Los hombres pisotearon la Eucaristía, mientras el comandante se burlaba de la multitud: “¿Todavía creen en esos cuentos de hadas que les contó tu sacerdote?”(2)

Los soldados arrestaron al sacerdote y lo encerraron en un búnker de metal dentro de la iglesia. Atrapado, se asomó a través de una pequeña rendija, observando cómo forzaban a su gente a salir. Podía ver las hostias eucarísticas profanadas en el piso de la iglesia.

Durante días, la iglesia permaneció en completo silencio. Se colocaron guardias alrededor de la iglesia y no se permitió la entrada a nadie. Pero un día, el sacerdote miró por la rendija del búnker donde estaba confinado y vio que alguien entraba a escondidas a la iglesia. Era una niña de 13 años, arrodillada en oración, arrastrándose sobre manos y rodillas hacia las hostias en el suelo. Ella se inclinó y recibió una sola hostia en la lengua, oró por un rato y luego se fue.

Al día siguiente, la niña volvió, llevándose una hostia más. Ella hizo esto todos los días, recibiendo una hostia a la vez. Durante un mes, entró a la iglesia todos los días, arriesgándose a ser capturada por las autoridades. Finalmente, sólo quedaba una hostia entró de nuevo en la iglesia para recibirla. Hizo sus oraciones como de costumbre, pero poco después de inclinarse y recibir a Jesús por última vez, hizo un leve ruido. El guardia la escuchó y las puertas de la iglesia se abrieron de golpe detrás de ella. El sacerdote escuchó un disparo y vio caer el cuerpo de la joven al piso.

Murió como mártir, dando su vida por Jesús en la Sagrada Eucaristía. Mientras reflexionaba sobre el testimonio de la niña, ese mismo soldado sintió un golpe en el corazón; inspirado por la fe de la niña, más tarde vino y liberó al sacerdote del búnker. El soldado le dijo al sacerdote: “Si en cada ciudad hubiera una niña como esta, no quedaría un soldado que luchara por el comunismo.”(3)

Reflexiona: ¿Esta historia cambia tu percepción de lo que significa ser devoto de Jesús en la Eucaristía? ¿De qué manera?

PRESENCIA REAL

Lo que esta niña hizo no tiene ningún sentido si la Eucaristía es sólo un trozo de pan. Pero vio algo más en aquellas hostias consagradas. Esto no era pan. Ella entendía la presencia real de Jesús en la Eucaristía, el hecho de que el pan y el vino en la Misa se transforman en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Y fue esta verdad la que la llevó a arriesgar su vida para proteger a Jesús en la Eucaristía de una mayor profanación.

Pero ¿de dónde sacan los católicos esta idea de la presencia real? Si tuvieras que explicar la creencia católica en la Eucaristía a otra persona, ¿podrías hacerlo? ¿Pudieras explicar cómo algo que se ve, se siente y sabe a pan y vino es realmente el Cuerpo y la Sangre de Jesús? ¿Y en qué parte de la Biblia Jesús enseña de esta doctrina misteriosa? Ya sea que hayas escuchado esta enseñanza hace mucho tiempo o que este sea un concepto nuevo para ti, este misterio de la Eucaristía es tan central que nunca podemos reflexionar lo suficiente sobre su asombrosa realidad, no sé qué nos convirtamos en el tipo de personas que dan por hecho el regalo más grande que Jesús nos dejó antes de morir.

La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana.

CIC 1324
 
Primero, asegurémonos de entender claramente la doctrina misma. Desde la época de los apóstoles, los cristianos han creído que el pan y el vino de la Misa se transforman en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Pero esto no es un cambio químico. Si colocáramos la hostia consagrada bajo un microscopio, veríamos todas las propiedades químicas del pan. Pero los católicos durante 2000 años hemos creído lo que esa joven en China creyó y por lo que murió: que, durante la Última Cena, la noche antes de morir, Jesús tomó pan y dijo: “Este es mi cuerpo…” — y debajo de esas apariencias externas y sensibles del pan está el mismo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Cristo.

Segundo, necesitamos comprender claramente los fundamentos bíblicos de la Eucaristía. Si bien muchos pasajes de las Escrituras nos hablan sobre este misterio, hay uno en particular que brinda las perspectivas más directas. Analicemos el capítulo 6 del Evangelio de Juan, donde Jesús nos da su enseñanza más clara sobre la Eucaristía.

Aunque muchos cristianos no católicos piensan en la Eucaristía de una manera puramente simbólica, que la Eucaristía es sólo un símbolo del Cuerpo y la Sangre de Jesús o un recordatorio sagrado de Cristo, Jesús le dice a la multitud algo diferente en esta escena del evangelio de Juan. Dice que Él es el verdadero Pan de Vida y que deben comer su carne y beber su sangre si quieren tener vida eterna. Es un lenguaje fuerte. Y está claro que no está hablando simplemente de forma figurativa o metafórica: está hablando literalmente. Él realmente quiere que participemos de su Cuerpo y Sangre.

Considera las mismas palabras de Jesús: “Yo soy el pan vivo, bajado del cielo… y el pan que yo les voy a dar, es mi carne” (Juan 6,51). Aquí, está claro que las multitudes reciben las palabras de Jesús literalmente. Están horrorizados, diciendo: “¿Cómo puede este darnos a comer su carne?” (Juan 6,52). Observa cómo Jesús no trata de aclarar un malentendido, suavizar su lenguaje o decir que sólo estaba hablando metafóricamente. En cambio, sigue insistiendo: “En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.” (Juan 6,53).

Luego, Jesús pasa a usar una palabra más gráfica para “comer”, que significa “carcomer” o “masticar” en los versículos 54–57. Él dice: “El que come [mastica] mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna” (Juan 6,54). Él no hablaría de esta manera si sólo estuviera hablando metafóricamente sobre la Eucaristía, como si se supusiera que la Eucaristía fuera sólo un símbolo de su presencia. En todo caso, está haciendo su declaración más literal. De hecho, continúa afirmando explícitamente: “Porque mi carne es verdaderamente comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él” (Juan 6,55-56). Jesús es claro: Esta es su carne y sangre.

Podemos ver en la respuesta de la multitud que entendieron claramente a Jesús de esta manera literal. Rezongaron y se quejaron de esta idea radical. Incluso “muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con él.”(Juan 6,66). Si la Eucaristía fuera sólo un símbolo, ¿por qué Jesús no los llamó a todos, diciendo: “¡Espera, sólo estaba hablando en sentido figurado!”? En cambio, los deja ir. Él nos ama tanto que no está dispuesto a comprometer su regalo supremo para nosotros: el regalo de su propio Cuerpo y Sangre en la Eucaristía.

Reflexiona: ¿Crees en la presencia real de Jesús en la Eucaristía? ¿Podrías explicárselo a alguien más? ¿Cómo cambia tu vida al saber esto?

EL AMOR CERCA DE NOSOTROS

El amor quiere estar cerca de quien ama. Y el Dios que es amor anhela ardientemente estar cerca de nosotros. Por eso habita aquí entre nosotros en la tierra en la Eucaristía.

La presencia de ese amor divino en Cristo tuvo un impacto poderoso en la vida de las personas hace 2000 años en Galilea. Venció la enfermedad, ahuyentó las tinieblas, llevó la sanación a los que sufrían, compartió el perdón ante el pecado. ¿Sabías que podemos encontrar esa misma presencia poderosa de Jesús en la Eucaristía? Y podemos encontrarlo no sólo cuando lo recibimos en la Santa Comunión en la Misa, sino también cuando nos acercamos a Él en todos los tabernáculos de todas nuestras iglesias católicas en todo el mundo.

Si quieres acercarte al mismo amor divino y experimentar el poder de su presencia real en tu vida, el poder para guiarte, consolarte y fortalecerte recibe a Jesús en la Eucaristía tan a menudo como puedas y visítalo en la capilla donde continúa residiendo en el tabernáculo, donde se guardan las hostias sagradas.

La más grande historia de amor de todos los tiempos está contenida en una pequeña hostia blanca.

Venerable Arzobispo Fulton Sheen
 
¿Nos acercamos a la Sagrada Comunión con la misma reverencia y devoción que tenía la niña china? Hizo todo lo posible, incluso arriesgando su propia vida, para acercarse a la presencia de Cristo en la Eucaristía, amarlo en la adoración eucarística y recibirlo en la Comunión todos los días. ¿Tienes ese mismo deseo? ¿Qué sacrificios estás dispuesto a hacer para acercarte a Él?

Jesús en la Eucaristía está disponible para ti en tu propia parroquia. ¿Alguna vez has pensado en ir a misa no sólo el domingo, sino también durante la semana para recibirlo? ¿Haces el esfuerzo en tu ajetreado día de pasar por la capilla, decirle que lo amas, hablarle de tus necesidades, descansar en su presencia? Jesús te espera en este sacramento. Él anhela que vengas a Él.

Reflexiona: Jesús desea acercarse a ti. ¿Tienes ese mismo deseo de acercarte a Él? ¿Qué sacrificios necesitas hacer para ser más devoto a Jesús en la Eucaristía?

PONLO EN ACCIÓN

Tómate un tiempo para buscar las ubicaciones de las parroquias y los horarios de las misas cerca de ti. ¿Estás comprometido a asistir a la misa dominical cada semana? Si no asistes regularmente, elije una parroquia y haz un plan para ir. Piensa en cualquier obstáculo que pueda impedirlo. ¿Cómo puedes asegurarte de que esas cosas no se interpongan en tu camino para asistir a la misa dominical?

¿Puedes comenzar a hacer que el ir a Misa todos los días también sea parte de tu vida? Puede que no sea lo más conveniente, pero las cosas que son lo mejor para nosotros raramente lo son. Considera cómo podrías cambiar tu horario para asistir a Misa diaria con más frecuencia.

Finalmente, una hermosa manera en que podemos crecer en nuestra devoción a la Eucaristía es visitando a Jesús en los sagrarios de nuestras iglesias o en la adoración eucarística. ¿Qué iglesias cerca de ti ofrecen adoración? Haz un plan sobre como buscar un momento en tu día o en tu semana en el que puedas hacer oración frente al Santísimo Sacramento.

CONCEPTOS CLAVES

Presencia Real: La Eucaristía es verdaderamente el Cuerpo y la Sangre de Jesús.

Comunión Frecuente/Visitas al Santísimo Sacramento: Jesús anhela que lo encontremos regularmente en la Eucaristía.

RECURSOS ADDICIONALES

  • Jesus and the Jewish Roots of the Eucharist by Dr. Brant Petri
  • A Biblical Walk through the Mass by Dr. Edward Sri
  • CCC 1322–1419: The Sacrament of the Eucharist
  • SEEK2015 Talk: “The Hour That Will Change Your Life” by Fr. Mike Schmitz
  • Jesus, Present Before Me: Meditations for Eucharistic Adoration by Fr. Peter John Cameron, O.P.

Notas

(1) This story is adapted from: Karl Maria Harrer, Die schönsten Eucharistischen Wunder (Miriam- Verlog, 1990, vol. 1 – 5).

(2) “The Little Girl Who Inspired Archbishop Fulton Sheen’s Vow,” America Needs Fatima, accessed February 25, 2020, https://www.americaneedsfatima.org/Conversions/the-little-girl-who- inspired-archbishop-fulton-sheen-s-vow.html.

(3) Ibid.

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